

Los bombardeos se produjeron de madrugada y sin previo aviso, cuando decenas de familias dormían en los edificios atacados
El ejército israelí lanzó cinco ataques aéreos contra edificios abarrotados de civiles desplazados en el norte de Gaza, causando al menos 88 muertos y más de un centenar de heridos. Se trata del mayor ataque en la última semana, en la que las tropas israelíes han intensificado su incursión a lo largo de la frontera norte del territorio asediado desde hace mes y medio. Los bombardeos se produjeron de madrugada y sin previo aviso, cuando decenas de familias dormían en los edificios atacados.
El mayor ataque tuvo como objetivo unos edificios residenciales en la ciudad de Beit Lahia, cerca del hospital Kamal Adwan, uno de los tres últimos centros sanitarios operativos en el norte de Gaza. Al menos 66 personas fallecieron en el ataque, en su mayoría mujeres y niños, según relataron fuentes médicas locales a la agencia de noticias turca Anadolu. El director de Kamal Adwan, Hossam Abi Safia, declaró en un comunicado remitido a los medios que al menos 200 personas se encontraban en el lugar afectado por el ataque y que “un gran número de desaparecidos siguen atrapados bajo los escombros”. “El sistema de salud en el norte de Gaza está completamente colapsado, no podemos proporcionar nada de ayuda. Todos nuestros llamamientos (de ayuda) han sido en vano”, denuncia el doctor. Las labores de rescate continúan por el momento y son llevadas a cabo en su mayoría por civiles, debido a que los equipos de defensa y rescate palestinos tuvieron que cesar sus operaciones después de que sus voluntarios fueran detenidos y sus ambulancias destruidas por el ejército israelí.
La segunda zona afectada por los ataques fue el barrio de Sheikh Radwan, donde murieron al menos otras 22 personas. “Entre los fallecidos hay diez niños y cinco mujeres. El ataque afectó una zona residencial”, señaló un fuente médica a la agencia Anadolu.
El pasado 5 de octubre las tropas israelíes asediaron el norte de Gaza con el objetivo de erradicar a militantes de Hamas que se habían reagrupado en la zona tras más de un año de guerra. El ejército bloqueó completamente la zona, instando a los civiles a desplazarse hacia el sur para evitar ser objetivo de sus ataques. Sin embargo, grupos humanitarios creen que el verdadero objetivo israelí es despoblar el área de forma permanente para crear una zona de amortiguación a lo largo de la zona norte del enclave, acusación que Israel niega. Desde el inicio del asedio más de 2.000 personas han muerto en ataques israelíes, según datos del ministerio de sanidad gazatí. El cerco ha provocado que la situación humanitaria -que ya era crítica tras un año de guerra- se deteriore a pasos agigantados, debido a la privación de entrada de alimentos y material sanitario en la zona. El miércoles el hospital Kamal Adwan admitió a 17 pacientes que presentaban un cuadro severo de hambruna, uno de los cuales falleció. El propio centro sanitario ha sido objetivo de ataques por parte de las tropas israelíes y carece de equipos suficientes para tratar a los pacientes. “Tras la detención de 45 miembros del personal médico y quirúrgico y la denegación de la entrada de equipos de reemplazo, ahora estamos perdiendo pacientes heridos a diario que podrían haber sobrevivido si hubiera habido recursos disponibles”, declaró el director Safia a la agencia Reuters. El personal médico ha denunciado que faltan suministros médicos esenciales como anestesia, antibióticos y equipos quirúrgicos, por lo que se han visto obligados a recurrir a amputaciones para salvar la vida de algunos pacientes con infecciones.
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